<3

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miércoles, 7 de octubre de 2009

ponerle el cuerpo al dolor.

Angustia. Dolor en el alma. El filo metálico se hunde despacio. O el fuego quema la piel. A veces es un golpe rotundo que destroza los huesos. Brota la sangre, arde el cuerpo, aúlla el esqueleto todo- Alivio. Efímera sensación de descarga. Más angustia. Vergüenza. Dolor físico. Desesperación. Todo vuelve a empezar. Con más virulencia. Las marcas quedan.
A la pesadilla se suma el silencia y la incomprensión, porque las autolesiones aún son tabú; incluso aunque muchos médicos avisan que estas conductas son una verdadera epidemia en la sociedad contemporánea.
Pero no lo hacen para matarse. Tampoco por placer. Mucho menos por MODA. Se lesionan como reacción extrema a un estado que desborda. "Es como una droga que mata, pero mientras tanto te alivia un rato" (sic.) me dijo alguien, alguna vez. Y no soy quién para negarlo.
Habrán sido un par de meses cuando ella misma me dijo "Parece una salida pero es más bien una entrada. A un infierno" (sic.)
Antebrazos, brazos, piernas, tobillos, encías; tijeras, hojas de afeitar, cuchillos, punzones, agujas, y un pulso que hasta los cirujanos envidiarian-
Aparece ahí donde no hay palabra.
Cada cicatriz remite a un pico de angustia- o lo que fuese- como muecas que expresan un conflicto no procesado.
Pero no sé puede descifrar el sentido de la agresión sin detener las lesiones.
¿ la tristeza tiene fin ?
we don't have an answer...
...yet.
(2 años; 5 meses)

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